En líneas generales todos los ciudadanos y las empresas cumplimos con la obligación fundamental de pagar impuestos, es decir, somos contribuyentes; pero además del pago, existen otras obligaciones distintas a pagar, y dentro de las más importantes está hacer declaraciones de impuestos.
No siempre hay que elaborar una declaración para pagar impuestos; por ejemplo, como personas naturales, cada vez que compramos un bien o un servicio pagamos el IVA; no obstante, cuando superamos determinados topes o cumplimos determinados requisitos, además del pago debemos procesar y presentar declaraciones de impuestos. Estos requisitos y topes se definen para cada impuesto en particular.
Para el caso de IVA, cualquier persona (natural o jurídica) que realice actividades gravadas con el impuesto se considera responsable del mismo y debe declarar, aunque se contemplan algunas excepciones para el caso de las personas naturales relacionadas con su volumen de ingresos, consignaciones bancarias, límites a establecimientos de comercio, entre otros.
Para el caso del impuesto de renta, en líneas generales todas las personas jurídicas son declarantes, y para las personas naturales también se establecen unos requisitos y topes relacionados con el monto de su patrimonio, sus ingresos, consumos mediante tarjeta de crédito y consignaciones.
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